jueves, 7 de enero de 2010

PSOE, Montilla, Guerra y Pepiño.

Hasta los propios socialistas se critican entre si, y es que la política del PSOE según donde se mire es una prolongación hacia el lado que mas convenga del absurdo total.

El presidente Cordobés de la Generalidad de Cataluña, José Montilla, ha enviado una carta a 200 entidades Catalanas, agradeciendo los apoyos ofrecidos, como el editorial conjunto de varios periódicos de aquella región, y reclamando la unidad de esas entidades en caso de que el tribunal constitucional no apruebe en su totalidad el estatuto Catalán.

Sin duda, que un presidente de una comunidad envíe cartas promoviendo el incumplimiento de una ley es totalmente inaudito, y debería ser investigado, pero en vez de eso, Pepiño Blanco sale a la palestra para mentir, como bien sabe hacer el, y echar culpas al PP de que no se apruebe un Estatuto ILEGAL; sinceramente es alucinante lo de estos personajes.

Aún así, de repente, el señor Guerra critica a Montilla por su carta, cosa que no hace Pepiño que aplaude estos comportamientos. Por desgracia la vorágine de mentiras y falsedades, de engaños y manipulaciones en la que está metido de lleno el PSOE hace que estas situaciones sean cada día más comunes y más alucinantes.

2 comentarios:

Urdanautorum dijo...

También criticaba Guerra el estatuto de marras antes de aprobarlo y a la hora de la verdad se echó atrás; ni caso, no es de fiar.
Lo de Montilla, un representante del estado (como se autotitulan), en la región, que haga esta llamada pública a la no aceptación de una sentencia, que ni se ha hecho pública, con el único objeto de coaccionar a un tribunal es una conspiración. Lo que debería hacer, en bien de toda la sociedad catalana y española, como ejemplo de convivencia, es proclamar el sometimiento a la ley.
De todas manera es positivo que salga a la luz la intención clara de todas aquellas ideologías que no respetan la libertad de sus conciudadanos, al igual que claros ejemplos de la historia nos han dejado los nazis. Quizás sea una ilusión personal, pero me da la impresión que las bases, y más aún simpatizantes de estos partidos regionalistas, darán la espalda a estas decisiones viscerales que a nada positivo conducen. Lo más peligroso y perjudicial son las posturas ambíguas, traidoras o decididas en secretos conciliábulos.
En cuanto echar la culpa a cualquier partido o persona crítica con ellos, es de suponer que a estas alturas la mayoría de la sociedad sabe que no admiten como suyos ni sus propios forúnculos.
Un abrazo Gazulin.

Natalia Pastor dijo...

Juegan al "poli bueno"-"poli malo"; de alguna manera tienen que justificar ante su electorado que no están en la vía de la secesión, y para ello nada mejor que sacar del baúl de los recuerdos a un socialista de la vieja guardia, un totem del felipismo como Guerra, para intentar cubrir las apariencias.